Diario de un español en crisis
LA
PINZA Y SÁLVESE QUIEN PUEDA
F.
MORALES LOMAS
¿Llamarán a Pablo
Iglesias a una cena con Mariano Rajoy en casa de algún director de medios? Así
lo hizo en su momento Anguita con Aznar en casa de Pedro J. Ramírez, por
entonces director de El mundo y hoy
acuchillado, para la pinza contra Felipe González. ¿Han elegido la casa donde tendrá
lugar el coito? Así lo parece después del segundo asalto que ha finalizado con
la guillotina de Sánchez en su particular crónica de una muerte anunciada.
En estos momentos a
nuestros dirigentes políticos les importa realmente un carajo la situación del
país. Solo viven para su pescuezo.
A Mariano le interesa
mantenerse en el sillón contra viento y marea mientras mendiga al PSOE que se
junte con ellos. Pide a los del PSOE, a los “rompepatrias”, a los tontos
solemnes, a los que traicionan a los muertos, a los de los ERES… que se junten
con ellos. Estar vivos para ver cosas. Y una y otra vez machan con el martillo
pilón esta tesis que no convence a nadie. Los insultos se han convertido en
arrumacos para que Mariano siga dorándole la píldora a Merkel.
A Pablo solo le concierne
el asalto a los cielos. Es una síntesis entre leninismo posmoderno y El príncipe de Maquiavelo pasado por un
patio de butacas de cine de Vallecas con algunos toques a lo Sálvame. Solo le hechiza desbancar al PSOE como líder
de la izquierda y que los ciudadanos lo tengan como el nuevo redentor, el guía irrefutable,
el “deus ex machina”. Pablo, te adoramos. Le falta un punto para llegar a la
santidad laica.
A Rivera le tienta
suceder a Mariano al frente del centro-derecha. Hace piruetas, malabarismos,
niño-bien, correcto, educado en los mejores colegios, amabilidad, sonrisa,
blablablá... al tiempo que zurra al gallego, pero no presenta una hoja de ruta
que saque de la miseria a este país, que haga recuperar a las clases
trabajadoras su resuello de antaño e impida el empobrecimiento de la clase
media, sobre la que se sostiene este tingladillo.
A Sánchez le mueve
plantarse y no ser flor de un día, que los barones no le cierren el paso y
Susana se quede quietecita en Sevilla con su Triana y su poderío. Por eso tira
por el camino del medio y trata de sostenerse en un irreal acuerdo con el
centro-derecha, lo menos temido para la baronía. En el PSOE no quieren a
Podemos ni en pintura y en Podemos al PSOE menos todavía. Es la historia de
siempre, la historia que ha vivido la socialdemocracia desde su origen con los
partidos comunistas, se llamen como se llamen.
Como resultado de todo
ello, los extremos se tocan. PP y Podemos tienen intereses comunes: la
destrucción del PSOE y el ninguneo de Ciudadanos.
¿Y cómo tiran a
degüello? Pablo, con la cal viva, y Mariano, no queriendo ni hablar con el
pobre Albert. ¡Uf!
No hay comentarios:
Publicar un comentario