Los trabajos y los días
TRES
TOREROS Y UN MALETILLA
FRANCISCO
MORALES LOMAS
Los diestros Rajoy,
Sánchez e Iglesias se han echado al ruedo. Dos en el semicírculo del albero del
Congreso y el tercero en los chiqueros del Círculo de Bellas Artes. El
maletilla Rivera es de Cataluña y quiere parlar el español una mica. Dicen las
encuestas que le hace vislumbres al gallego y le rebaña votos.
Los diestros llevan
estoque afilado y lo disparan como si fueran balas, y no de fogueo, contra su
adversario, ese toro que se les muestra incierto, pero son toros largos que
saben lidiar de lejos. Al menos el gallego, faltón y abusón, que no admite que
le recuerden a su amigo (sé fuerte) Bárcenas (lo soy, lo soy). El gallego tiene
la hacienda y el boletín oficial del estado para conseguir los pañuelos del
graderío, su amiga Merkel, y se presenta con los deberes aunque los ciudadanos
estén muertos, cabreados y enterrados en las cunetas de una sociedad abrumada.
¿Se acabó la crisis? Eso dicen, pero cuántos muertos en el ruedo. El gallego
trae el cielo en sus manos y ofrece manoletinas a diestro y siniestro y puestos
de trabajo a mansalva. El tres por ciento del pib. ¡Hala! ¡Alegría! ¡Viva el
vino!
Sánchez acarrea una
sombra andaluza en su traje de luces y cuando apunta con la espada al miura del
poder recuerda por un momento aquellas palabras de ZP: cueste lo que cueste y
me cueste lo que me cueste. Le está costando con lances de los subalternos y
ese paso por la travesía del desierto. ¡Qué larga se hace la plaza con tanto
toro acornando a diestro y siniestro! Hasta las encuestas te empitonan y te
dicen que no eres lo que eres (to be or
not to be, cueste lo que me cueste). Se rebela y cornea al toro Rajoy que tercia
aquí y allá y lo empunta como respuesta. Pero Sánchez es sentimental y acaba de
doctorarse. Le quedan muchas corridas o al menos hasta el verano… si quiere
Susana.
El tercer diestro,
Iglesias, ni se sabe si es diestro o siniestro. Más que torero parece pescador
en río intricado. Quiere apremiar. Es un torero que va por libre y todo es
glosario. Su afán es degollar pero puede que no llegue al descabello, que todo
son previsiones que carga el diablo. Es
un torero que cuartea bien y va y viene, hace rodeos, va al Círculo y a
Venezuela, dicen. Quiere ser una aleación entre Teresa de Calcuta y Trotsky, un
revoltijo, dice la trianera, unas migas campestres. Es un torero que todavía
apenas si tiene la alternativa y va con su coleta y taleguilla por el albero
como maestro de soberbia: yo soy la oposición y quiero a Mariano como toro.
Ahora necesita votos pues codicia poner una pica en Moncloa.
¡Ay, el estado de la
nación! ¡Qué corrida!