MAR GRUESA
EL MIEDO A PODEMOS
F. MORALES LOMAS
Podemos ha metido el miedo en el
cuerpo a todos.
Los resultados electorales
recientes han mostrado el lado oculto de la realidad. Que no es otra que el
miedo al presente y al futuro, el cansancio de un statu quo que castiga
al ciudadano, el agotamiento de unos partidos políticos que solo aspiran a
mantener sus cuotas de poder y la respuesta del cabreo ante el capitalismo
atroz que nos gobierna.
La irrupción de Podemos en la
política europea no es sin embargo solo el voto de la indignación, la
representación del 15-M como dicen algunos. Podemos es el agitador de la atonía
sociopolítica. Su valor es más simbólico que real aunque algunos tienen un
desasosiego subyugador a ese probable poder real. En realidad es un ente de
ficción que conmueve la realidad poderosa de todos ellos: su capacidad de
engendrar ideas y de crear sentimientos.
Podemos es un sentimiento que ha
tomado cuerpo en la representación social. Y ya se sabe que con los
sentimientos se pueden hacer buenas utopías pero se construyen pocas
realidades. En política no hay sentimientos.
Sin embargo, el PP ha sentido el
aldabonazo del miedo con Podemos. Todos sus dirigentes, televisiones y
periodistas afines han salido en tromba para zaherir, insultar y criticar
despiadadamente al nuevo mesías con coleta de nombre tan infausto como Pablo
Iglesias: nuevamente resucita un nombre y un símbolo que acojona. Pablo
Iglesias acojona a la derecha, y acojonaría todavía más si los asesores de
imagen le dijeran que cambie la postura corporal a la hora de hablar en
tertulias televisivas.
También la izquierda ha sentido
un frío glacial en sus entretelas. El PSOE ha puesto rápidamente la picadora
Moulinex en funcionamiento para triturarse internamente a la espera de que la
albóndiga resultante (a esto se le llama catarsis o proceso interno) sea
comestible y vuelva a la senda de la izquierda que no debía haber perdido
pegándose a las teorías liberales económicas.
A Izquierda Unida no le ha
faltado tiempo para preguntar al nuevo compañero de viaje si se junta con él.
El oportunismo coyuntural que crea imágenes tan variopintas como apoyar al PP
en Extremadura, al PSOE en Andalucía y a CiU o Esquerra en Cataluña. Una
locura.
A Podemos lo va a hacer grande el
miedo: miedo de los votantes al capitalismo salvaje que nos hará retroceder a
finales del XIX con paro y salarios de miseria (los que trabajen), miedo de los
partidos políticos instalados por esta nueva Benina de la novela Misericordia de Galdós que
viene a ayudar a los pobres de la tierra ofreciendo su bondad misérrima. ¡Qué
tiempos más interesantes se avecinan!