MAR GRUESA
BAJAD SUELDOS, CAPULLOS
F. MORALES LOMAS
El aprendiz de diablo, Olli Rehn,
lo tiene clarísimo: los españoles tenéis que bajaros los sueldos, ¡carajo!
Como todo el mundo sabe, el señor
Rehn es la voz de su amo, que no es otro que la señora Merkel. También todo el
mundo debiera saber que este egregio personaje cobra 23.000 euros del ala al
mes. Una cifra nada despreciable que le permite decir estas cosas tan
inteligentes y se suma a los 27.000 euros de Christine Lagarde, la jefa del
FMI, otra que nos anima a bajarnos el sueldo.
Ninguno de los dos pájaros de
cuentas tiene el menor empacho ni se ruboriza ni un ápice pidiendo entonces que
nos bajemos los sueldos todos los españoles. Lo dicen educadamente y con esa
flema entre la cara dura y el despropósito. Cuando el señor Rehn se echa el
flequillo hacia delante y mira hacia el infinito, pierde el encanto de alumno
aventajado de una universidad privada y se pone cachondo, para darnos por la
retambufa. Entonces sí parece un diablo con rabo, como aquellos que nos ponían
en nuestra infancia siempre que íbamos a atentar contra el sexto.
Luego está Montoro, ese otro que
bien baila, y estudia y estudia… rodeándose de expertos, cuando sabemos todos,
señor Montoro, que las rentas del trabajo pagan más a Hacienda que las del
capital, que se lo llevan crudo. ¿Por qué esta injusticia histórica? ¿Por qué
tenemos que ser los currantes de siempre los que paguemos la crisis?
El empobrecimiento de la clase
media y las clases populares es evidente. El personal tiene miedo. Es
consciente de que esta situación va para largo y se refugia en su miseria, en
esa cartilla de ahorros que, si lo quieren, también puede correr el riesgo ante
tanto desalmado que anda suelto por ahí ofreciéndote preferentes cuando en
realidad son los timos de la estampita de siempre, solo que con corbata y
buenos modales.
Suerte que algunos empresarios ya
están diciendo que rebajar sueldos es una locura. Lo que hay que ver, los
empresarios diciendo que rebajar sueldos es una locura. Estar vivos.
Y llevan razón. La salida de la
crisis solo se puede propiciar desde el aumento de la demanda interna. Y si los
sueldos bajan la demanda interna va al carajo.
¿Dónde están los economistas,
Díos mío? ¿Para qué sirve un economista? ¿Para qué sirve tanto soplagaitas?
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