ANÁLISIS DE LA POLÍTICA ACTUAL

Sólo la crítica y la profundidad en el análisis de nuestro mundo nos devolverá el sentido último de la realidad y de nuestra existencia

miércoles, 29 de octubre de 2014




LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS

ÉLITES POLÍTICAS, CORRUPCIÓN Y MISERIA
FRANCISCO MORALES LOMAS


Hay muchos políticos sanos pero ¿dónde se hallan?
La percepción social es que la mayoría de los políticos viven del engaño y en él quieren mantenernos a todos, sin darse cuenta de que no es posible idiotizar a los ciudadanos libres que conservan la cabeza en su sitio y un espíritu crítico al cual no van a renunciar. Esto último lo dijo hace más de cien años Miguel de Unamuno.
Uno de los primeros casos constatados históricamente de mordidas y corruptelas diversas lo protagonizó el duque de Lerma y su allegado Rodrigo Calderón allá a comienzos del siglo XVII como cuento en mi novela Bajo el signo de los dioses.
Tras muchos avatares sospechamos que la corrupción, la degradación de la clase política y la impotencia para alcanzar una mínima regeneración de nuevo ha propiciado un cúmulo de podredumbre que el sistema realmente no aguanta. Y habría que colegir con Joaquín Costa, el principal analista de la corrupción y el caciquismo de las élites en el siglo pasado, que "lo primero que España necesita es mudar de cabeza: cuestión de pedagogía intensiva, de nutrición abundante y de selección".
Es evidente que todas estas élites que han gobernado al margen de la decencia y (aunque haya políticos decentes, que los hay) la honorabilidad deben desaparecer ya. Si no existe por parte de las cúpulas de los partidos un instrumento claro en este sentido, la gangrena se apoderará del cuerpo social. Y no sé si ya lo ha hecho.
Y mientras la corrupción, de la que los 51 de últimas son una anécdota, sigue su camino ascendente, España regresa al pasado, diez años atrás, en el nivel de ingresos de las familias, según un informe de Unicef. La pobreza infantil llega hasta límites obscenos situando a España tras Grecia y Letonia con más de tres millones de niños con graves carencias. También la juventud ahonda las heridas de una sociedad enferma sin horizontes claros y un aumento espectacular de los jóvenes que ni estudian ni trabajan. La infancia y la juventud, el tronco social más vigoroso y de futuro, más débil, asume las corruptelas de un sistema que ha tocado fondo.
Por tanto, no es solo la corrupción sino un modelo social y económico profundamente injusto, un modelo neoliberal en el que se ha traslado una parte de las rentas particulares a las cuentas corrientes de las rentas del capital y, en consecuencia, a la falta de una demanda interna que provoque el desarrollo.
Junto a ello la codicia de las élites políticas, su descaro, su impotencia, su enrocamiento y parches reformistas… están avocando a la sociedad a propuestas que de estar en otras épocas históricas hubieran producido ya claros síntomas prerrevolucionarios.
Si la política es una forma de concebir, plantear y resolver los problemas de los ciudadanos, ¿por qué acaban convirtiéndose los políticos en el problema? 

miércoles, 22 de octubre de 2014




Los trabajos y los días


QUE VIENE PODEMOS
FRANCISCO MORALES LOMAS

Podemos es el partido de la posmodernidad y quiere prepararse para gobernar. Después de un tiempo de echar las campanas al vuelo como unos descamisados asamblearios exigiendo no pagar la deuda pública, ahora  hablan de reestructurarla, hacer una quita…
Tras alabar una estructura colegial más democrática y abierta, ahora juran que el líder carismático nos salvará de los aciagos Rajoy y Sánchez, que eso de tres patas para un banco no sostiene el banco (¡ay, los bancos!). Necesitan un líder magnánimo, como siempre. Así, suavemente se va configurando una estructura clásica que en su momento dio juego: un Alfonso Guerra Monedero y un Felipe González Iglesias… junto a otros jóvenes en ascenso como Bescansa, Errejón, Alegre y algunos advenedizos más mientras los que opinan lo contrario deben echarse a un lado: Pablo Echenique, Teresa Rodríguez, Lola Sánchez.
Muchas cosas están cambiando en Podemos. No quieren decir que son de izquierdas (todos sabemos que lo son) pero la palabra izquierda siempre ha rezumado mucha inquina (un olor a alcanfor leninista) a un sector de la ciudadanía y ellos desean centralizarse en el tablero, ser un partido transversal: urbi et orbe, que sirva igual para un barrido que para un fregado. Es una táctica esta muy antigua: los partidos de izquierdas y de derechas, cuando quieren ganar las elecciones, hacen una llamada al centro. Una cosa etérea que nadie sabe lo que es, a quien le da igual chicha que limoná, pero que funciona. Funcionó con UCD, funcionó con el PSOE cuando abandonó definitivamente a Carlos Marx, y ha funcionado con Aznar el Suave, cuando hablaba catalán en la intimidad (Rajoy habla el celta), e incluso con Zapatero, que ya desde el nacimiento venía con el traje de centro puesto.
Los líderes de Podemos han pedido a economistas solventes, los catedráticos Juan Torres López (a quien conozco desde los tiempos de Izquierda Unida en los 80) y a Vicenç Navarro, la elaboración  de un programa de “asalto al cielo”. Como lo llaman ahora en Podemos.
¿Qué tendrá el cielo que todos quieren asaltarlo?
El asamblearismo 15-M de Podemos irá cediendo progresivamente a la estructura férrea de los partidos tradicionales toda vez que temen la intromisión de los intrusos, esos corruptores de menores que acaban cargándose los partidos, sean tradicionales o posmodernos… y quién sabe si al final Pablo Iglesias dejará de comprarse esas camisas posmodernas en Alcampo y lo hará en Vuitton o Versace  y… si no lo remedian puede que acabe, como los buenos toreros, cortándose la coleta, cosa de jóvenes con espinillas o viejos nostálgicos.
Todo sea por el cielo, porque el cielo no puede esperar.

 

viernes, 17 de octubre de 2014



Los trabajos y los días


LOS HOMBRES DE NEGRO
FRANCISCO MORALES LOMAS


Si Joaquín Costa levantara la cabeza vería que aquella España de caciques y pucherazos ha sido vilmente superada. Y es que en España cuando queremos crear algo los hacemos siempre a lo grande.
En el siglo XXI nacen los hombres de negro, unos seres sorprendentes que trabajan siempre en la turbiedad de las alcantarillas. No tienen nada que ver con las ratas aunque algunos les tienen un aprecio desconsolado y los identifican con ellas sin pudor.
Se rigen por el signo de la codicia y su cara dura no tiene límites. Ajenos al runrún de los mortales saben que el Moët & Chandon es suyo, también son suyos los hoteles superlujo y las cenas opíparas con el caviar Almas y los hongos de Matsutake,  y puede que hasta el Châteaux Margaux del 2009, que tiene la noble y nada despreciable cifra de 140.000 € el litro. ¡Hay que ver lo que comen y beben y… estos señores? Y es que siempre habrá un tiesto para una maceta.
¿Quién mejor que ellos, los hombres de negro, para apreciar los sabores del mundo? Mientras que le organizan la vida a los demás y dirigen sus ahorros hacia paraísos artificiales tienen tiempo para hacer viajes, comer, beber y fornicar.
Pero los hombres de negro saben lo que hacen: tener consejeros dóciles y disciplinados que aprueben todo su operativo táctico de dinero a mansalva esquilmado a todos los impositores.
Como en la danza de la muerte, sindicalistas y políticos de toda laya (izquierda y derecha), se lanzan a la conquista del vellocino de oro con sus brillantes tarjetas negras y compran el mundo con su alevosía de concupiscencia, voracidad e impunidad.  Desalmados en un tiempo de corruptelas que nos ha tocado vivir y sin un Robespierre que llevarnos a la boca.
Pero, ¿cuántas tarjetas negras hay en España? ¿Solo las de Caja Madrid? ¿Alguien piensa que solo en Caja Madrid se practicaba esta antigua estrategia de compra de voluntades?
Mientras las cajas y los bancos quiebran y los españoles debemos hacer frente a la hendidura del sistema con nuestros ahorros, con la reducción de sueldos, con el aumento de las horas de trabajo, con los despidos y la miseria… el descubrimiento de este nuevo aquelarre nos dice que la hedor campa a sus anchas y el sistema está completamente putrefacto.

¡Qué poco pan para tanto chorizo!

miércoles, 8 de octubre de 2014





MAR GRUESA


ÉBOLA


F. MORALES LOMAS

Surgiendo desde la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria. Y es que a perro flaco todo son pulgas quizá porque nos ha mirado un tuerto con inquina. Si no teníamos bastante con la crisis, el desempleo, la pérdida del estado de bienestar, Mas, las tarjetas negras y todo tipo de corruptelas en múltiples  ámbitos de la vida política, llega una maldición: el ébola.
El ébola es como la gran metáfora de la vida contemporánea. Una especie de interrogación vírica que nos devuelve a nuestras propias miserias y nos apunta más alto: a la muerte, ese camino irreversible. El ébola es algo que no se ha querido ver. Todos los europeos han permanecido ciegos (hemos permanecido), como los personajes de Saramago, mientras miles de personas morían encerrados en ese bucle aciago del camino sin retorno. Hemos creído que estaban lejos, demasiado lejos para atrevernos a ayudarlos con nuestros recursos humanos y nuestros euros de conmiseración.
África fue el origen de la humanidad y durante mucho tiempo es el espejo en el que contemplar nuestra propia degradación como individuos que habitan sociedades ricas, pulcras y organizadas.
Ahora ya nos va doliendo África en la carne y en la sangre de la mujer contaminada de ébola. Ahora sí. Ahora pedimos el perdón de nuestras vilezas, nuestra improvisación, nuestro mirar hacia otro lado. El ébola no es un hilillo de plastina ni es el bichito aquel del ministro Sancho Rof en el aceite de colza. No éramos inmunes. No lo somos.
El ébola es la punta del iceberg de nuestra apatía ante una realidad que siempre no coge a traición.
Desde hace meses los enfermeros denunciaron ante el juez que no había condiciones para atender a futuros enfermos de ébola y, sin embargo, el gobierno tomó la decisión de ser humanitario. En julio de 2014 se notificó al juez de guardia de los juzgados de Plaza de Castilla una comunicación del personal de enfermería de los servicios de urgencia del hospital de la Paz en relación a la designación de este como centro de referencia y en ese escrito ya se advertía de los peligros futuros.
Ahora que ya somos vulnerables, se trata de ocultar la realidad, se esconde la improvisación, se busca una apostilla, un protocolo que ha fallado, un político, un profesional…, el creyente reza en las iglesias y muchos madrileños, españoles y europeos sostienen ya que El ensayo sobre la ceguera de José Saramago ha cobrado vida: “Aquella noche, el ciego soñó que estaba ciego”.