Los trabajos y los días
QUE VIENE PODEMOS
FRANCISCO
MORALES LOMAS
Podemos es el partido
de la posmodernidad y quiere prepararse para gobernar. Después de un tiempo de
echar las campanas al vuelo como unos descamisados asamblearios exigiendo no
pagar la deuda pública, ahora hablan de
reestructurarla, hacer una quita…
Tras alabar una
estructura colegial más democrática y abierta, ahora juran que el líder
carismático nos salvará de los aciagos Rajoy y Sánchez, que eso de tres patas para
un banco no sostiene el banco (¡ay, los bancos!). Necesitan un líder magnánimo,
como siempre. Así, suavemente se va configurando una estructura clásica que en
su momento dio juego: un Alfonso Guerra Monedero y un Felipe González Iglesias…
junto a otros jóvenes en ascenso como Bescansa, Errejón, Alegre y algunos
advenedizos más mientras los que opinan lo contrario deben echarse a un lado:
Pablo Echenique, Teresa Rodríguez, Lola Sánchez.
Muchas cosas están
cambiando en Podemos. No quieren decir que son de izquierdas (todos sabemos que
lo son) pero la palabra izquierda siempre ha rezumado mucha inquina (un olor a
alcanfor leninista) a un sector de la ciudadanía y ellos desean centralizarse
en el tablero, ser un partido transversal: urbi
et orbe, que sirva igual para un barrido que para un fregado. Es una
táctica esta muy antigua: los partidos de izquierdas y de derechas, cuando
quieren ganar las elecciones, hacen una llamada al centro. Una cosa etérea que
nadie sabe lo que es, a quien le da igual chicha que limoná, pero que funciona.
Funcionó con UCD, funcionó con el PSOE cuando abandonó definitivamente a Carlos
Marx, y ha funcionado con Aznar el Suave, cuando hablaba catalán en la
intimidad (Rajoy habla el celta), e incluso con Zapatero, que ya desde el nacimiento
venía con el traje de centro puesto.
Los líderes de Podemos
han pedido a economistas solventes, los catedráticos Juan Torres López (a quien
conozco desde los tiempos de Izquierda Unida en los 80) y a Vicenç Navarro, la
elaboración de un programa de “asalto al
cielo”. Como lo llaman ahora en Podemos.
¿Qué tendrá el cielo
que todos quieren asaltarlo?
El asamblearismo 15-M
de Podemos irá cediendo progresivamente a la estructura férrea de los partidos
tradicionales toda vez que temen la intromisión de los intrusos, esos
corruptores de menores que acaban cargándose los partidos, sean tradicionales o
posmodernos… y quién sabe si al final Pablo Iglesias dejará de comprarse esas
camisas posmodernas en Alcampo y lo hará en Vuitton o Versace y… si no lo remedian puede que acabe, como
los buenos toreros, cortándose la coleta, cosa de jóvenes con espinillas o
viejos nostálgicos.
Todo sea por el cielo,
porque el cielo no puede esperar.
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