MAR GRUESA
CATALUÑA, UN SENTIMIENTO
F. MORALES LOMAS
La historia de Cataluña y el resto de España es una relación sentimental.
Forma parte de una poética de la sentimentalidad, de afectos y desafectos
encendidos, de sentimientos y sensaciones intensos que acaban como todos los
sentimientos: en el corazón; pocas veces en el cerebro, y cuando esto sucede la
arbitrariedad, la extravagancia o la irracionalidad están servidas.
A Cataluña se la ganará con el corazón pero también con el cerebro.
Los sentimientos con su aureola de irracionalidad y pasiones desatadas no
pueden permanecer ajenos a la razón. Los sentimientos piensan. Deben ser parte
del cerebro, los sentimientos deben ser pensados, y no permanecer ajenos a
ella.
Se está desatando de nuevo el discurso del sentimiento sin la categoría
de la razón. Los nacionalistas españoles, imbuidos de la unidad de España, lo
que dice la Constitución, como si fuera un mantra y no una forma de
relacionarnos y ser más humanos, y la amenaza de Decretos de Nueva Planta (un
medio de Madrid habla hoy de otro generador de decretos anticatalanes: el
general Primo de Rivera)… crean en el resto de España una emoción de rencor y ojeriza
a lo catalán.
Los nacionalistas catalanes, anclados en un victimismo histórico, en un
complejo de no ser queridos, en los Decretos de Nueva Planta y la pérdida de la
Guerra de Sucesión, en pensar que la culpa de su mala situación económica es
del resto de los españoles (una mentira que se repite para buscar adeptos a su
causa) y no de las políticas liberales y dilapidadoras del estado de bienestar…
se crean un enemigo exterior: el resto de España.
No siendo santo de mi devoción, Esperanza Aguirre acertó ayer al decir
que con argumentos económicos (la amenaza de que Cataluña saldrá de la UE e irá
a peor) no se rehace una relación amorosa. E hizo un símil muy esclarecedor y simbólico: es como intentar convencer a alguien
enamorado de que deje a su pareja con el argumento de que las cosas les irán
muy mal en el aspecto económico y material: "No sólo no la convences de
que la deje, sino que enciendes mucho más su pasión amorosa". Y apostó por
catalanizar España, en sentido contrario al defendido por Unamuno de
españolizar Europa, tomado por el ministro Wert, de españolizar Cataluña.
Y no se trata de templar gaitas (que
también, señor Rajoy, y de esto usted sabe mucho, digo de gaitas, no de
templar) sino que hay que volver a la poética de los sentimientos encontrados. Y
todo ello significa tender puentes culturales, económicos, literarios,
afectivos, que mejoren nuestra relación.
La poética del sentimiento se restablece atendiendo al corazón pero
también a la razón. No lo olvidemos ni unos ni otros.
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