ANÁLISIS DE LA POLÍTICA ACTUAL

Sólo la crítica y la profundidad en el análisis de nuestro mundo nos devolverá el sentido último de la realidad y de nuestra existencia

viernes, 27 de septiembre de 2013

MAR GRUESA


ALZHÉIMER


F. MORALES LOMAS


El pasado 21 de septiembre se ha conmemorado el día mundial del alzhéimer, evento instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer's Disease Internacional (ADI) en 1994. Hoy estamos en el día después y en España seguirá habiendo tres millones y medios de afectados  y necesitados de nuestra ayuda, independientemente del color de su piel, de los ingresos que obtengan a final de mes y si son mujeres u hombres, más jóvenes o más viejos.
Es una enfermedad asociada a la vejez pero que desgraciadamente cada día afecta a personas mucho más jóvenes. Existen muchos casos que se sitúan a partir de los cincuenta años. Y una enfermedad que iguala socialmente a todo el mundo.
Durante la Edad Media hubo otra epidemia, la peste, que también igualó socialmente a todos. Los escritores de la época se hicieron entonces eco con la obra La danza de la muerte, que venía a instituir la igualdad en la muerte cuando en vida los privilegios eran un sistema de injusticia habitual. La única posibilidad del pobre de igualar al monarca o al noble era en el encuentro con esa guadaña.
Por estudios recientes, se sabe que el alzhéimer tiene un gran aliado: el cáncer; y viceversa. Quiere esto decir que, según ese estudio realizado en Italia sobre 200.000 mayores y publicado en Neurology, las personas con alzhéimer tenían un 42% menos de riesgo de tener cáncer, y, en el caso contrario, el riesgo de alzhéimer es un 35% inferior entre quienes tienen cáncer. No es desde luego ningún consuelo, y poco margen existe para la escapatoria. Ser viejo es en sí una enfermedad. Es la senescencia con su manifestación más evidente: las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y oncológicas.
Para mi mayor información casi todos los días un familiar muy cercano que cuida de los enfermos de alzhéimer nos relata su día a día con enfermos de alzhéimer, sus idas y venidas, sus llantos, sus depresiones, su melancólica memoria y su degeneración progresiva. Su dolor. Personas que con un nivel intelectual elevadísimo o sin él son pasto de la desmemoria y la progresiva degeneración celular. Muchos como ella, se están dejando la piel para intentar que la enfermedad no avance y es para ellos todo un logro verlos sonreír cada mañana y realizar las actividades de recuperación previstas. Pero se sienten completamente abandonados por los poderes públicos y por las instituciones privadas que han introducido el recorte también en la multitud de asociaciones que en España se dedican a su cuidado y velan porque su deterioro no impida a sus familiares vivir. Porque está claro que el alzhéimer no solo deteriora a los enfermos en sí sino a sus familiares, que sufren con depresiones todo el proceso degenerativo.
I+D+i, inversión en investigación y ayudas a las asociaciones podrán mitigar un poco esta nueva lacra social. Con los recortes en cuestiones sanitarias esenciales retrocederemos a la Edad Media.



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